En plena costa vasca, San Juan de Gaztelugatxe
está catalogado como Biotopo protegido y alejado de cualquier
núcleo urbano.
Este idílico lugar se encuentra
entre las localidades costeras de Bakio y Bermeo unido a la costa a través de
un puente de piedra y una escalinata de 241 peldaños.
La iglesia que vemos hoy en día
desgraciadamente no es la original. A lo largo de los siglos ha habido
incendios y batallas y la iglesia ha tenido que ser reconstruida en múltiples
ocasiones. Se cree que la primera ermita fue erigida en el siglo IX. En el
siglo XII, se convirtió en un convento. Sin embargo, dos siglos más tarde los
frailes abandonaron el lugar llevándose todos los objetos de valor consigo.
San Juan de Gaztelugatxe ha
sido escenario de piratas, aquelarres y leyendas y no es casualidad que
acumule títulos de “maravilla más votada” o enclave “más valorado” por viajeros
de todo el mundo. No olvides tocar tres veces la campana de la
ermita para atraer la buena suerte y ahuyentar los malos espíritus.
Al final de la escalinata podrás
posar tu pie sobre la huella que según dicen dejó allí San Juan Bautista, trae
buena suerte. En lo alto te espera una pintoresca ermita y sobre todo unas
espectaculares vistas al bravo mar Cantábrico que ha tallado en la isla,
acantilados, túneles y arcos imposibles.
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